miércoles, 20 de mayo de 2009

La Historia del Horno Microondas

Uno de los aparatos más presentes en la mayoría de los hogares es el horno microondas, dando comodidad a las personas, el cual es un subproducto de otra tecnología.

Alrededor del año 1946 en USA y mientras se realizaba un proyecto relacionado con el radar, el doctor Percy Spencer, ingeniero americano de la Raytheon Corporation, se percató que un tubo vacío llamado magnetrón derritió un dulce que tenía en una bolsa. Luego puso unas semillas de maíz para hacer palomitas y observó cómo el maíz se movía, se cocía e hinchaba saltando por todo el laboratorio.
Al otro día, puso un huevo en el magnetrón, pero este explotó por el calor recibido. Con esta experiencia concluyó que lo que pasó con el chocolate, el maíz y el huevo era por la exposición a la energía de baja densidad de las microondas, probando con otros alimentos. Diseñó una caja metálica con una abertura en la que introducía energía de microondas, donde no podían escapar, creando un campo electromagnético de mayor densidad, aumentando la temperatura de los alimentos. De esta forma el doctor Spencer inventó una nueva forma de cocinar: el horno microondas.

Luego de perfeccionamientos, en el año 1947, salió el primer horno microondas al mercado. Éste era grande y estorbaba en la cocina, el magnetrón se enfriaba con agua. Su precio era elevado, alrededor de 5.000 dólares. Con el paso de los años y la evolución del producto, fue aceptado por los hogares, alcanzando un nivel alto en el campo de venta de alimentos rápidos.


Hoy en día, y luego de vencer muchos temores, el horno microondas se convirtió en una necesidad esencial en nuestros hogares, dejando de ser solo un lujo. Encontramos distintos modelos, tamaños, precios, etc., satisfaciendo las distintas necesidades de los clientes. Además, en cómo se viven los tiempos en la actualidad, se convierte en un aliado para nuestras vidas.

Tecnología y educación: una combinación beneficiosa

Suele criticarse actualmente que todos los avances tecnológicos son perjudiciales para el desarrollo escolar de los niños, especialmente lo que respecta a los hábitos de lectura y responsabilidad en las tareas solicitadas en la escuela. Sin embargo, hoy en día, la tecnología no solo está dedicada a brindar entretención por entretención a los estudiantes, sino que hace más fácil sus tareas utilizando medios que actualmente ocupan en su diario vivir.

Actualmente se encuentran disponibles los audiolibros, un sistema que permite leer los clásicos solicitados en la escuela a través de aparatos como el MP3 o el Ipod, objetos que los niños utilizan frecuentemente y que son muy atractivos para ellos.

La idea, claro está, no es reemplazar la lectura por el escuchar lo que se debiese leer, sin embargo, permite motivar a los estudiantes al utilizar sus propios medios tecnológicos para acercarlos a la tarea de leer clásicos.

La disponibilidad es amplia mediante Internet, múltiples sitios web ofrecen esta novedad, encontrándose incluso algunos ejemplares de descarga gratuita.


Ahora bien, no basta solo con utilizar estos medios para acercarse a la lectura, sino que hay que hacer un trabajo didáctico que permita compatibilizar el acercamiento tradicional a los clásicos de la literatura y utilizar esta tecnología para motivarlos como para desarrollar la comprensión auditiva.